Es una de las āsanas más representativas de la práctica del Yoga, por los efectos y significado que conlleva su ejecución en todo el cuerpo físico, cuerpo mental y emocional.
El arado es el instrumento de labranza que usan los granjeros para romper la superficie de la tierra; removerla; airearla y prepararla para su riego y plantar las semillas. De acuerdo al Yoga, todos los pensamientos y acciones dejan rastros en la consciencia, así como, también se pueden crear unos nuevos. El granjero rompe la tierra con su arado, preparándola para la siembra y el riego, el yogui busca dirigir su mente desde el ámbito de lo negativo hasta poder absorber lo positivo que existe en su naturaleza y en todo lo que le rodea.
Después de esta breve introducción filosófica podemos ponernos en acción:
Recuerda nunca fuerces una postura, paso a paso se anda el camino, si forzamos el cuello, éste se va a quejar y estaremos varios días con posible tortícolis, sin poder girar bien el cuello lateralmente. Habremos dado un paso adelante y varios para atrás. Si no llegas al suelo con los pies, no te preocupes, no es importante, puede ser bonito para la foto pero no es imprescindible. Una rotura fibrilar de alguno de tus músculos iría en contra de la filosofía del yoga, iría en contra de la siembra que pretende el arado. Si te es más cómodo utiliza una silla, un taburete ......
El arado y la vela combinan perfectamente, puedes hacer una detrás de la otra y, a su vez, acompañarla de la postura del camello.
Ya no voy a seguir tratando más el yoga ni poniendo más asanas, te invito a que busques por la red y lo adaptes a tus apetencias e intereses.
NAMASTE
Ojo el yoga engancha, es altamente adictivo.